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Con nostalgia recuerdo como el gran creador de
la vida
me fue formando:
Para poner color, equilibrio, armonía y vida.
Con su pincel fue poniéndome colores: verdes,
que llenan todo de esperanza y equilibrio,
grises y marrones creando las montañas que
representan la libertad la soledad acompañada,
azules, creando la inmensidad del mar y la
sencillez del río que recorre su camino con
alegría y arco iris de flores de todos los
colores y aromas.
Este fue mi principio mi nacimiento, donde todo
estaba donde tenia que estar, había un
equilibrio.
La niñez fue feliz, hubo momentos de mucho dolor
por causa de la intolerancia y egoísmo del ser
humano,
“se supone el más inteligente que me habita.”
Fue pasando el tiempo, en un principio este ser
“inteligente” me tenia un gran respeto, me
llegaron a llamar “Madre Tierra” de donde brota
toda vida, volviendo a mi regazo en la muerte,
nadie me pedía más de lo que ofrecía, se me
cuidaba y respetaba, fueron tiempos felices,
fértiles, los campos llenos de flores los
árboles no se cansaban de regalar sus frutos.
Hoy me siento cansada, enferma.
Ha llegado también a mi esa enfermedad que todo
lo corroe y lo pudre, matándome lentamente: el
cáncer del fuego esta destruyendo gran parte de
mi hábitat; el cáncer de los residuos están
envenenando el agua y el aire la tierra, ¿cómo
curarme si son los propios médicos quienes me
matan lentamente?.
Este ser” inteligente” me destruye, no se da
cuenta.
De vez en cuando me estremezco por tanto dolor y
mis entrañas se mueven, me encolerizo tanto que
escupo fuego, lloro tanto que provoco
inundaciones, pero nadie parece darse cuenta que
yo quiero hacer del mundo un hogar feliz, regalo
vida, las comunidades de bosques con sus aromas
su sombra el arrullo del aire entre las hojas,
la paz.
Los ríos con su charla alegre, su frescura todo
lo renueva,
el
repicar contra las piedras canto de
serenidad.
La cima de una montaña donde llegas a tocar tú
ser más profundo, donde habita la esencia del
mundo el creador de la vida.
El inmenso mar que te hace caer en la cuenta que
eres como una gotita de agua, que sola no haces
nada, que necesitas de otras gotitas para formar
parte del todo, este hermano mar que te hace
entrar en lo profundo, no te quedes en la
superficie puede ser preciosa, sumérgete donde
se encuentra la vida.
Lo tenéis todo tierra que os hace daros cuenta
que nada es eterno, cielo, techo de nuestros
hogares donde el hermano sol sale cada día a dar
vida y la hermana luna brilla con su hermosura
nocturna compañera de secretos y soledades
profundas y las estrellas manto de lentejuelas
cuando se contemplan nos recuerdan que no
estamos solos, nos acercan a alguien que paso
por nuestra vida dejando huella.
Me siento anciana, puede que este envejeciendo
antes de tiempo, se me arranca la vida sin
permiso, antes tenia más capacidad surgía de las
cenizas con mucha más fuerza, la vida se me
agota, no se agradece la que doy se me arranca
la que todavía no puedo dar…
No se cuantas primaveras me quedan, ni cuantos
colores puedo ofrecer, ni cuanta agua ni cuanto
aire, no se si pronto llegara a mi la eternidad,
sí sé que lo que me pase a mi repercute en
vuestras vidas, “yo puedo morir pero con el
tiempo volver a la vida, Cuídame cuando me
cuidas a mi, cuidas tu vida".
Ojala esto llegue a todo el mundo: cuentan los
ancianos que cuando yo nací una pequeña ardilla
podía dar la vuelta al mundo saltando de árbol
en árbol, ojala fuésemos capaces de llevar este
lamento de la Madre Tierra a todo el mundo,
puede que cuando queramos curar sus heridas la
enfermedad ya esta muy extendida y no haya
solución… |