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El desarrollo
y la influencia ejercida por la oración en
planos superiores es de un efecto invalorable,
pero desafortunadamente, un significativo
porcentaje de la humanidad no sabe orar y es
ahora cuando debe ser refrescado este concepto,
que tanto bien genera al mundo que se encuentra
confundido dentro de una atmósfera pesada y gris
de conflictos y hechos invertidos.
Orar es algo sublime e individual, nacido del
corazón y fruto del sentimiento, para un interés
comunitario. Quien pide para él es un egoísta y un
ignorante, porque desea separar a los demás de las
bondades o emanaciones divinas, y porque el
secreto de la oración es DAR; es OFRECER y no
''pedir". Qué SE le puede pedir a un Ser que todo
lo sabe, que todo lo ve y que un grado de Justicia
Cósmica distribuye a cada cual sus propios
merecimientos?. Es insensato ir en contra de las
leyes naturales y aquel que pide sin antes dar, se
va alejando lentamente del concepto Divino.
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